Daniel Gascón - Entresuelo portada

Daniel Gascón

Entresuelo

Literatura Random House (Barcelona, 2013)

110 páginas / 15,90 € (rústica) · 9,99 € (epub)

Hay algo extraño y por tanto cercano en el acto suicida de asomarse a la vida de otra persona. Máxime cuando la ventana a través de la cual oteamos los entresijos de otro ser humano, tan distinto y parecido a nosotros, está enmarcada en las páginas de un libro. Porque la vida se va, pero lo escrito permanece.

Entresuelo es una historia que no es una historia. Sería poco apropiado comenzar recurriendo a aquello de «lo insólito de la vida cotidiana», como un cajón de sastre en el que amontonar todas las experiencias que quedan desfiguradas por la cercanía del que mira. Una especie de prisma borroso que aumenta hasta la exageración los rasgos comunes, distorsionándolos, haciéndolos aterradores o impresionantes, como quien mira una mosca bajo la lente de un microscopio.

Es cierto no obstante que las conexiones entre lo particular y lo universal son a veces impenitentes compañeras de toda vida con cierto uso. Como un entramado invisible al que quedamos adheridos entre hebras que van de lo divino a lo patético, dibujando un cuadro de nosotros mismos que resulte tan común y repetido que fascina en su originalidad.

Quizás haya algo más en ello.

Como lo hay entre planta y planta de un piso que ha acogido tantas vidas dentro de sí. Tengo que pensar que el alma de portera que todos llevamos dentro –y por tanto curiosa, observadora y entrometida; escritora por los cuatro costados- nos impele a interesarnos por lo que sucede a nuestro alrededor de una forma –la única que sabemos- casi obsesiva. Porque quizás la literatura está obligada a hablarnos de sueños y probabilidades que nunca cristalizaron, pero también del por qué nunca lo hicieron. También, y esto es especialmente relevante, de los pequeños momentos que las hicieron o no posibles.

Daniel Gascón entreteje con acierto una serie de vivencias que tienen lugar tanto en el plano físico como en el emocional, creando un caldo de cultivo para toda clase de virus y anticuerpos como reacción a la vida. En este caso la suya, pero en gran parte también la nuestra. Desde Zaragoza a Cantavieja, los que desconocemos el frío zaragozano pero no su viento, podemos cambiar sin dificultad en nuestra mente la plaza del pueblo en verano por la gaditana playa de La Caleta sin perder un ápice de intensidad. Recordando al leer sus palabras, historias tan parecidas a las que el autor nos narra, que son completamente distintas tan solo por ser nuestras.

Y es en esta reflexión comprometida en la que la humanidad como colectivo de escritores, infatigables cuentacuentos, charlas de vieja y fragancias que apenas son recuerdos, es como digo en este impasse en el que la reflexión se demuestra como acertada, como punto en común de millones de historias que acaban y vuelven a empezar una y otra vez a lo largo de miles de años, en distintos puntos geográficos que resultan hermanados solo por el hecho de que en todos ellos viven personas como nosotros.

Podríamos decir que Entresuelo es la constancia del sonido que hace un árbol al caer en medio del bosque. Un recuerdo existente, ya que ha sido vivido, preservado por una memoria universal. Un libro que, como todos en realidad, es toda una vida.

David Hernández Ortega