Haber visto todas las películas de Woody Allen y seguirle año tras año mientras iba acrecentando su bagaje como cineasta ha sido uno de mis grandes privilegios culturales y personales. La admiración es algo esencial porque la gente que admiras conforma parte de tu educación sentimental, y a este genio de Nueva York le debo tardes/noches gloriosas, profundas reflexiones y risas desopilantes …