Brandon Moy reside apaciblemente en Manhattan, donde siempre quiso vivir, tiene una posición financiera desahogada y una mujer y un hijo a los que quiere mucho. Es claramente un hombre de éxito, aparentemente feliz. Un 10 de septiembre de 2001, tras encontrarse con un amigo de la juventud, pasa revista a todos aquellos sueños que compartieron y que él nunca llegó a realizar …