Miguel A. Delgado, periodista y escritor.Miguel A. Delgado, periodista y escritor.

Nikola Tesla (1856-1943) es un tema inacabable. Cuando le descubres por primera vez, resulta difícil terminar con él y dejarle en un cajón. Su biografía, la del olvidado inventor del sistema de corriente alterna que posibilitó nuestro mundo tecnológico, para muchos verdadero padre de la radio y uno de los mayores genios de los últimos 150 años, tiene todos los componentes para que uno vuelva una y otra vez a él.

Tras publicar dos libros de ensayo en Turner (Yo y la energía, 2011 y Firmado: Nikola Tesla, 2012), me apetecía mucho enfrentarme a Tesla desde el campo de la ficción, aprovechando la ingente documentación acumulada y el hecho de que, además, estaba preparando, junto a María Santoyo, la gran exposición Nikola Tesla: suyo es el futuro que el Espacio Fundación Telefónica de Madrid le va a dedicar del 13 de noviembre al 15 de febrero de 2015. Pero algo tenía claro: por muy fascinante que fuera su vida, no me apetecía volver a abordar su figura de una manera lineal, contando de manera cronológica sus muchas y fascinantes andanzas.

Este interés terminó confluyendo con las ganas de recuperar el género de novela de aventura que tanto me había gustado de niño y adolescente, esa época en la que la lectura se convierte en algo especialmente vivo. Con esos dos impulsos habitando en mí, no es raro que la conclusión a la que llegué fue la única posible: acabé pergeñando una trama de aventuras en un Nueva York de 1931 bastante distinto al que conocemos, una novela de aprendizaje protagonizada por un joven de 19 años que irá abandonando la monotonía a través de todo lo que le va sucediendo, como en las buenas obras de género, y que permitiría mostrar, con la libertad que concede la ficción, cómo habría sido ese mundo tesliano que el inventor pretendía llevar a cabo.

Cuando le comenté mi idea a la que al final se convertiría en mi editora, Silvia Sesé, vi que compartía mi mismo entusiasmo, y así construí Tesla y la conspiración de la luz, una obra que pretende tener un ritmo trepidante desde la primera página y acompañar al lector hasta el párrafo final. Una novela que no oculta sus influencias clásicas, y que por tanto tiene guiños a personajes, situaciones y ambientes de las obras de los autores más clásicos. No sólo los imprescindibles Verne o Wells, que tanto han contribuido a convertirnos a muchos en lectores, sino también el primer Isaac Asimov, especialmente su deliciosa serie para adolescentes Lucky Starr, el primer impulso y el nombre mayor que sobrevoló cada una de las páginas mientras la iba escribiendo.

La literatura fantástica va, poco a poco, consiguiendo el reconocimiento de una crítica que en demasiadas ocasiones la ha ninguneado, algo que nos llena de alegría a todos los que amamos el género, aunque a veces no se puede evitar tener la sensación de que ese reconocimiento ha venido marcado por un cierto complejo que ha llevado a tener por único objeto la trascendencia y la profundidad. Tesla y la conspiración de la luz busca recuperar esa mirada fresca y de disfrute, tan presente, por otro lado, en las obras clásicas de la ciencia ficción que, precisamente en la década de los treinta, sentaron las bases de todo un género y nos regalaron imágenes que siguen siendo icónicas. Este libro, en fin, pretende ser un homenaje a Nikola Tesla, pero también a todo un mundo de referencias en cuyo surgimiento él tuvo mucho que ver.

Miguel A. Delgado