Ante todo porque contiene abundante información histórica, solvente y fiable, pero bien dosificada y detallada de forma amena, así como pasajes que bien podrían caber dentro de un relato de viajes, huyendo sin embargo de tópicos turísticos, orientado más bien hacia lo antropológico y cultural. Además, el libro contiene un tímido pero claro llamado a la concienciación sobre la coyuntura e idiosincrasia actual rapanui, consecuencia de la convulsa trayectoria histórica sufrida por sus gentes desde la llegada de los europeos a la isla.
La obra por tanto resulta atractiva para un grupo de lectores muy amplio, al que le agrada aprender sobre enclaves lejanos o inaccesibles para la mayoría, y sobre temas histórico-arqueológicos poco conocidos, pero le gusta también el misterio y el suspense, así como disfrutar de personajes realistas y bien definidos, con sus historias de vida, identificándose con ellos, sufriendo y alegrándose con ellos.
Y esto porque en esta historia vuelco no sólo mis conocimientos, sino mis sentimientos, ya que contiene buena parte de mi universo personal y experiencias allí vividas, procurando invitar al lector a que transite por los mismos caminos que he transitado, lo que creo que otorga a mis palabras una gran credibilidad y sencillez que emana de lo contado desde el corazón, y otorga a los personajes una agradable cercanía.
Algunos capítulos están narrados en tercera persona y otros en primera persona de la mano de dos personajes diferentes, un rapanui y una española, lo que confiere al ritmo narrativo un gran dinamismo que permite ver diversos puntos de vista de la misma historia.
Rongorongo se trata de un libro difícil de encuadrar, como creo que lo son la mayoría de obras actuales, que mezclan diversos géneros. No obstante, siendo esencialmente una novela de misterio histórico (el de la escritura no descifrada de la Isla de Pascua) con una moderada cuota de suspense y acción, el romance, el tratamiento psicológico y social de los personajes y cierto aire poético actúan como complemento para dar profundidad a la historia más allá de los acontecimientos y hacer de la lectura un acto muy placentero.
Alex Guerra Terra