Ernesto Pérez Zúñiga, escritor.Ernesto Pérez Zúñiga, escritor.

Es parte de su magia. Los libros viajan a una mano u otra para abrir un tesoro que siempre es particular y que siempre acaba de completarse en cada lectura. Ahora yo soy su lector. Esta novela narra la vida, en primera persona, de un músico fascinante, Giuseppe Tartini, que escribe sus memorias en 1770, en la ciudad de Padua, al que todos conocen como Maestro de las Naciones. Nos confiesa sus claves, sus aventuras desde la infancia hasta su vejez, cómo transformó su pericia con la espada en virtuosismo de violinista; cómo su rebeldía y su audacia ante la sociedad de su época se convirtió en una búsqueda de la belleza a través de la música y del conocimiento de los secretos del mundo.

Nos introducimos dentro de su vida cotidiana, de sus pensamientos, de sus pasiones, a través de una escritura que también es musical. Conocemos a sus amigos y enemigos, sus amores, sus rencores, viajamos con él por Italia, a caballo y en barco: calles de ciudades, palacios, teatros, tabernas, fiestas, soledades, rufianes, alquimistas, extraños lutieres, músicos conocidos, Vivaldi, Albinoni, otros que fueron los mejores de su tiempo, Veracini, con el que tiene un duelo de violín en Praga, como antes lo tuvo con la espada en su época de estudiante. Nos detenemos con él ante la inquietante mirada del dragón lanceado por San Jorge y la escultura de piedra del bosque de Bomarzo. Tocamos con Tartini en la oscuridad de una basílica y percibimos con él cómo la música conecta con algo superior a nosotros y que, al mismo tiempo, también somos.

Todo está conectado en esta novela: bondades y ambiciones, lo consciente y lo inconsciente, y juntos van tejiendo el orden del mundo. Porque también otra voz complementa lo que Giuseppe Tartini va escribiendo en sus memorias: una voz que añade lo que Tartini desconoce y que es capaz de adentrarse en los lugares más recónditos de sus sueños. Es alguien que le ayuda, enamorado de la música que Tartini compone, y que, como en el mito de Fausto, le exige algo muy importante a cambio. Esta segunda voz desarrolla lo que Tartini escribe en sus memorias, al modo de una fuga musical, que da sentido al título de la novela, por una parte. Por otra, la fuga es la historia del propio Tartini a través de todo el siglo XVIII en busca de algo más importante que él mismo y que sin embargo está dentro de él mismo.

Es un siglo especial, donde desaparecen las certezas y son necesarias otras, igual que el siglo en el que vivimos. La novela nos lleva a nuestra época y nos devuelve a la de Tartini para seguir escuchando su combate interno entre el dolor y la belleza. Sólo el lector sabrá quién vence y los misterios de esa victoria que a todos nos concierne, y que es mucho más poderosa que nuestros nombres propios.

Ernesto Pérez Zúñiga