Cubierta Khimera

César Pérez Gellida

Khimera

Suma de Letras (Madrid, 2015)

544 páginas / 19,90 € (papel) · 9,99 € (ebook)

Hoy me gustaría hablarles de la nueva novela de César Pérez Gellida, quien irrumpió hace tres años en el panorama narrativo nacional con su trilogía Versos, canciones y trocitos de carne. Sin embargo, antes de hacerlo me gustaría invitarles a reflexionar acerca de los motivos que pueden llevar a un autor a dejar de lado el género en el que se mueve de forma habitual, en este caso el policiaco, y embarcarse en una aventura literaria tan ambiciosa como la que ocupa estas líneas. Porque si Memento mori, Dies Irae y Consummatum est conformaron una trilogía de novela negra audaz y digna de los paladares más exquisitos, en Khimera el autor se distancia del género y nos invita a adentrarnos en un thriller futurista tan ambicioso como espectacular. César Pérez Gellida tira de oficio y recursos para narrar una historia de ambición y venganza con grandes dosis de acción, tan visual que bastan un puñado de páginas para que su lectura se vuelve innegociable.

La ciencia ficción no se encuentra entre mis géneros favoritos, y tal vez sea por eso por lo que esta novela me ha gustado tanto. Porque opino que cuando uno escribe una novela futurista lo fácil es ambientarla en un futuro lejano, qué se yo. Del año 3000 en adelante, por ejemplo, para no pillarte los dedos. Sin embargo, Gellida ambienta Khimera entre los años 2030 y 2054, es decir, muy cerca de la era actual, con la dificultad que eso conlleva. No se trata sólo de un mero ejercicio de imaginación, sino de una investigación en toda regla, ya que a lo largo de la novela se remonta una y otra vez a hechos tan actuales como la epidemia de Ébola en Uganda, la crisis de Crimea o la escalada de violencia yihadista vaticinando sus consecuencias con una exactitud que refleja muchas horas de trabajo de campo. Del mismo modo, los avances científicos que aparecen en la novela son terriblemente realistas, tanto que algunos de ellos ya se están desarrollando en nuestros días, por lo que sus predicciones tienen visos de convertirse en una realidad tangible en no mucho tiempo.

En Khimera encontraremos a un ser humano en vías de extinción, convertido en un esclavo de la tecnología y sujeto a los caprichos de una élite gobernante que impone sus designios con mano de hierro. ¿Les suena? En el futuro que pinta Gellida las guerras serán biológicas y virtuales, convirtiendo la red en el principal campo de batalla de los enfrentamientos entre las distintas naciones. Del mismo modo, los ejércitos serán sustituidos por máquinas y drones de asalto letalmente precisos y exentos de todo sentimentalismo que pueda entorpecer sus cometidos.

Semejante panorama, aunque desalentador, se vuelve grotescamente verosímil con el paso de las páginas. Así, el futuro que esboza el universo Khimera presenta un nuevo orden mundial, un sistema de sanidad basado en la valía del individuo, una parte de la población sin recursos y condenada a la extinción, terribles mutaciones como consecuencia de la continua manipulación genética… Como ven, un futuro apocalíptico que, sin embargo, no se aleja demasiado de lo que puede ser consecuencia casi inmediata de nuestros despropósitos.

Puede que sea esa verosimilitud la que lleva a César Pérez Gellida a escribir una historia que es además un toque de atención, un aviso de hacia dónde avanza el mundo actual y cuáles pueden ser las consecuencias de un fenómeno cada vez más extendido: la deshumanización del individuo.

Detrás de esta trama de ciencia ficción y del escenario tan lúgubre en el que se desenvuelven los protagonistas se esconde una gran historia de aventuras, una fantasía épica con personajes perfectamente dibujados que atraparán al lector y, lo más importante, lo sorprenderán. César demuestra una vez más que su imaginación funciona a pleno rendimiento y se saca de la manga algunas sorpresas que harán las delicias de sus incondicionales. Vuelve el “género Gellida”, y de qué manera.

Resulta imposible enmarcar Khimera en un género concreto, ya que hacerlo supondría ponerle límites, y si algo caracteriza a esta novela es precisamente que se trata de una obra inclasificable. Lo que sí les puedo asegurar es que se trata de una novela que va a dar mucha guerra y de la que se seguirá hablando durante mucho, mucho tiempo. Una fantasía que algunos ya han comparado con obras de los visionarios George Orwell o J. R. R. Tolkien y que les invito a descubrir, garantizándoles un buen puñado de horas de entretenimiento y reflexión.

Benito Olmo