Cada lector tiene un campo de intereses más o menos amplio, que constituye el tema de sus pensamientos, de sus conversaciones, y en muchas ocasiones el criterio de selección de sus amistades. A estas querencias presta su atención, su tiempo y su dinero, pues nos definimos en la medida que nos interesamos por determinadas cosas.
Uno de mis intereses personales, como bien saben los lectores de esta publicación digital, es leer historias sobre libros. Y ahora precisamente hay una abundante producción editorial que tiene como eje el fervor hacia el libro y especialmente hacia la librería.
Así que ¡A los libros! presenta una segunda selección de diez novelas sobre libros que han aparecido en los primeros cinco meses de 2013. La primera tuvo una espectacular acogida, tanto por el número de visitas como por algunas amables palabras que el reportaje ha ido cosechando.
De las diez novelas seleccionadas, seis de ellas tienen a la librería clásica como gran protagonista. ¿Por qué este interés en las obras de ficción actuales? ¿Por qué razón sucede precisamente ahora que la mayoría de librerías pequeñas y medianas sufren por los efectos de la crisis, el auge de la piratería y la irrupción de las nuevas tecnologías?
Una librería no es sólo un establecimiento comercial. Las librerías son bibliotecas en permanente movimiento y la escenografía ideal para materializar nuestro sueño de perfección libresca. Por eso amo las librerías con espacio donde poder encontrar obras actuales, de fondo y alguna que otra sorpresa. Y atendidas por verdaderos profesionales.
Nunca han faltado historias que rememoren la excelencia del libro, aunque quizá últimamente se producen en mucha cantidad. Sólo el tiempo y los lectores dirán si todas estas publicaciones son valores reales o se perderán adecuadamente en la zona de saldos de las librerías de viejo.
Así que ya saben, bibliófilos, bibliómanos, bibliópatas y enfermos del libro, ¡a los libros sobre libros! ¡Otra vez!
La biblioteca, de Emilio Calderón. Una historia de intriga escrita en estado de gracia en la que el escritor malagueño rinde homenaje a los libros y a la institución donde ha redactado la mayoría de sus novelas: la Biblioteca Nacional de España. Muertes y desapariciones en extrañas circunstancias, robos de libros, una historia de amor retomada… lo que nos ofrece Calderón es un puro disfrute, una de esas novelas en la que se ha posado la excelencia. Y en la que además pone en funcionamiento una lengua literaria muy seductora. En La biblioteca está la palabra justa y exquisita, y esa conjunción convierte el texto en un pequeño milagro que estalla en cada página. Emilio Calderón se está convirtiendo en un maestro en el arte de contar historias. (Zut, 19 €)
El Sr. Penumbra y su librería 24 horas abierta, de Robin Sloan, con traducción de Isabel Margelí. Estamos ante un original best seller en el que su autor, que formó parte del equipo fundador de Twitter, realiza una propuesta que fusiona libros y tecnología en una historia de conspiración global, encriptación de códigos, aventuras y un secreto milenario que transcurre en una misteriosa librería de San Francisco. La narración es ágil, aunque se vuelve enrevesada al emplear un lenguaje demasiado técnico en los asuntos tecnológicos. El resultado es entretenido, lo cual no es poco en estos tiempos de sombras. (Roca Editorial, 15,90 € )
La vida cuando era nuestra, de Marian Izaguirre. Esta novela amable relata la vida de dos mujeres, Lola y Alice, que se conocen en la librería donde trabaja la primera de ellas. Amistad, amor, guerra, lujo, miseria, literatura, libros, libreros y lealtad entrelazada en una novela positiva y fácil de leer. El séptimo trabajo de Izaguirre propone el juego del libro dentro del libro, algo que hace siempre en sus novelas, en la que traza un mapa literario de exacerbada y sorprendente similitud con la vida. Como dos espejos enfrentados. La gran virtud de esta escritora es haber logrado una obra que sorprende por su certera percepción de la condición humana, especialmente de la femenina. (Lumen, 19,90 €)
La librería encantada, de Christopher Morley, con traducción de Juan Sebastián Cárdenas. Es la continuación de la exquisita La librería ambulante, publicada también por Periférica en enero de 2012 y que cosechó tanto éxito de ventas y de crítica. La primera parte se publicó originariamente en 1917, mientras que su continuación apareció en 1919. Resulta curioso que estas dos obras nunca se hubiesen editado antes en España. Este clásico de la literatura norteamericana reconforta por su sentido del humor y por su entrañable inocencia. Es un nostálgico homenaje a unos años donde todo era posible y el mundo estaba lleno de posibilidades. (Periférica, 18,75 €)
Bestseller, de Alessandro Gallenzi, con traducción de Laura Vidal. La propuesta de este editor italiano -metido ahora a escritor- con años de experiencia literaria en el mundo anglosajón es realmente divertida, recordándome en muchos momentos a la desternillante novela La gran pesquisa, de Tom Sharpe. Recomiendo las dos historias, la del escritor Jim Talbot y la del editor Charles Randall, tanto a los escritores inéditos que quieren entran como sea en el mundo editorial como a los profesionales del sector. Debido a una trama diabólicamente urdida, el lector va de sorpresa en sorpresa hasta quedar a merced de lo que vaya a pasar en el capítulo final. (Alba, 21 €)
El club de lectura del final de tu vida, de Will Schwalbe, con traducción de Eduardo Iriarte. Un hijo consigue comunicarse por fin con su madre en los últimos meses de vida de ésta, por medio de los libros que comparten y comentan en los ciclos de quimioterapia. Cuando leen, no son una persona enferma y otra sana, sino una madre y un hijo que viajan juntos por universos alejados de la unidad de oncología. Esta historia verídica del autor reflexiona sobre las relaciones especiales que se forman gracias a los libros. No es una novela alegre, pero merece ser leída mayoritariamente porque es un homenaje a la vida y a la literatura. (RBA Libros, 19 €)
El librero, de Régis de Sá Moreira, con traducción de Sophía Rhei. Este autor francés debuta en nuestro país con una divertida historia donde un excéntrico librero abre su local ininterrumpidamente los siete días de la semana, y en el que son especialmente bienvenidos los fumadores y los solitarios. Esta nouvelle escrita con prosa ágil y una destreza narrativa envidiable retrata el surrealista día a día de esta peculiar librería, donde el bibliopola se lee todos los libros de sus atestadas estanterías para «no vender basura» a sus clientes. ¿Quién no quisiera tener un librero de cabecera como éste? (Demipage, 17 €)
El abrigo de Proust, de Lorenza Foschini, con traducción y postfacio de Hugo Beccacece. Este libro delicioso reconstruye las aventuras del bibliófilo, fetichista y perfumista Jacques Guérin en su afán por recolectar las pertenencias de Marcel Proust, porque el celo de coleccionar es la tentativa de rodearse de un mundo propio. Es por supuesto un texto sobre la obsesión coleccionista y una novela imprescindible en la biblioteca de cualquier amante de los libros porque uno no puede dejar de ponerse desde el primer momento de parte de Guérin. Todo un festín para los admiradores del escritor francés. (Impedimenta, 17,95 € )
El aire que respiras, de Care Santos. En esta novela se dan cita, por una parte, librerías de viejo donde se viven innumerables aventuras y, por otra, bibliófilos un tanto extraños. Por esta obra coral de la polifacética Care Santos deambula un tipo «poco sensato, librero, poeta, adúltero sin gozo y buscador de libros», aunque sin duda la librería Palinuro y Barcelona son los verdaderos protagonistas. Dudo que entre los escritores actuales haya alguno que ame más los libros y respete tanto el quehacer literario como Santos, que ha escrito una obra de eficacia narrativa que colmará las expectativas de los lectores de buen paladar. (Planeta, 20,90 € )
Y entonces sucedió algo maravilloso, de Sonia Laredo. Bajo este seudónimo se esconde «una mujer relacionada con el mundo editorial» que prefiere mantenerse en el anonimato. Me pregunto el motivo para tomar esta decisión, pues ha escrito una novela entretenidísima de alguien que encuentra una segunda oportunidad cuando creía que todo estaba perdido. Y este cambio se produce tras leer el anuncio de una vieja librería en traspaso: Locus Docendi, una especie de santuario donde se rinde culto a los libros. Me atrae el carácter luminoso, vivificante, de una historia repleta de libros, lectores, escritores y mucho, mucho optimismo. Un regalo impagable. (Destino, 20,90 € )