Andrés Trapiello

Ayer no más

Destino (Barcelona, 2012)

312 páginas / 20 €

Andrés Trapiello es un escritor todoterreno donde los haya, novelista, diarista, poeta, articulista, también editor, tipógrafo, bibliófilo y varias etiquetas más. Su deslumbradora obra posee además una calidad literaria excepcional, con propiedades adictivas para muchos lectores. Pertenece, según mi parcial y subjetivo punto de vista, al elenco de los mejores escritores españoles contemporáneos.

Ahora presenta su nueva propuesta literaria, Ayer no más, una novela sobre el olvido, pero también sobre las heridas no cerradas de la Guerra Civil, la memoria de ese desmán, el drama de los fusilamientos en ambos bandos y la relación entre padres e hijos. Trapiello aprovecha asimismo para criticar el cerrado y oscuro sistema universitario de nuestro país. No es por tanto una novela sobre esta lucha grotesca entre hermanos, pues el conflicto sirve sólo como telón de fondo, pero demuestra que las controversias sobre el tema continúan presentes en la sociedad española.

La historia de Ayer no más es relativamente sencilla: un niño presencia el asesinato a sangre fría de su padre en los primeros días de la contienda fraticida, “víctima del odio y la sinrazón española” (pág. 223). Setenta años después reconoce de forma fortuita en una calle de León a uno de los que participó en aquella muerte, un empresario conocido que se niega a confesar dónde lo enterraron. Testigo de esta escena es el hijo de uno de los verdugos, un profesor universitario miembro de una agrupación de la memoria histórica.

Las relaciones que se establecen entre los personajes permiten al autor profundizar en un tema tan antiguo como la literatura misma: el de la complejidad de los afectos, el de la oscura naturaleza de los lazos que unen a los seres humanos.

Trapiello cuenta esta historia desde una compleja estructura formada por las voces individuales de sus protagonistas, dotada de un variado catálogo de recursos que reclaman la atención de los sentidos. Una novela caleidoscópica con los suficientes alicientes como para admitir numerosas lecturas, un trabajado lienzo donde se pueden captar infinitos matices y hasta estilos divergentes, todo aderezado con algo que no se sabe con exactitud qué es pero que nos impide abandonar su lectura pues hallamos solaz mientras vampirizamos sus páginas.

En definitiva, no es otra novela más sobre la Guerra Civil, sino una gran novela sobre la condición humana que tantas páginas ha ocupado en la vasta obra de este autor consagrado.