No hay escritor, por maldito que sea, que no sueñe en secreto con tener algún día más lectores de los que es capaz de imaginar. Este hombre de aire sacerdotal y ojos inquisitivos, pendiente de descubrir por el gran público, es absolutamente fiel a su exquisita obra, como lo demuestra el hecho de que publique unos textos perfectamente trabajados y bien acabados. José María García López vive buena parte …