José Manuel Benítez Ariza

La novela de K.

Dos mil locos Editores (Cádiz, 2013)

222 páginas / 10 €

Pocos escritores practican el ejercicio vehemente de la introspección y acotan poéticamente una serie de experiencias personales como José Manuel Benítez Ariza. Este autor gaditano nacido en 1963 mantiene desde hace unos años un diario personal y abierto en el que, sin otra pretensión que el deseo de contar, el narrador se asoma a la realidad para referirla no sólo como protagonista sino también como observador.

Ahora publica una nueva entrega -la tercera- de este diario con el engañoso título de La novela de K., «que se puede leer como novela o como proyecto de novela», dijo Benítez Ariza en la presentación del libro. K. es el nombre de la gata callejera adoptada por el escritor, que articula este diario narrativo al que no se puede ni se debe encasillar. La literatura es un dominio de la imaginación, y la imaginación tolera mal las fronteras y las definiciones.

Conviene recordar que el género llamado diario ha suscitado no pocas controversias, pues posiblemente sea la variedad más dada que cualquiera otra a la dispersión, a la acumulación de materiales diversos, al cajón de sastre. Sin embargo, podría aventurarse que el novelista se atiene al peculiar funcionamiento de la memoria para ajustar los materiales de este diario. Porque, ¿contar la vida no supone también imaginarla, ficcionarla?

En todo caso, La novela de K. hace lo mejor que puede hacer un buen diario: compañía grata y cálida, como la gata que le da nombre al libro. El autor no trata de apabullarnos con sus gestas ni con exhibiciones inservibles, sino que nos envuelve en una prosa de ritmo literario y con pensamientos que colmarán las expectativas de los lectores más curiosos y exquisitos. Se mueve además con acierto en aquellas parcelas donde la vida no se ha definido todavía o lo ha hecho de una manera difícilmente perceptible. Sucede como en las películas del director francés Eric Rohmer, lo que importa no es el «por qué» sino el «cómo».

José Manuel Benítez Ariza, poseedor de una exquisita mirada estética, desea simplemente contar lo que ve, o narrar lo que oye, sin estridencias ni dogmatismos. Sus reflexiones son siempre de una extremada lucidez, alejado de la impostura que parece haberse adueñado incluso de la parte seria de la sociedad actual.

Estos diarios de Benítez Ariza -ya salieron publicadas dos entregas con los títulos Señales de humo (Servicio de Publicaciones de la Diputación de Cádiz, 2008) y Pintura rápida (Isla de Siltolá, 2011)- me recuerdan a los extraordinarios diarios de Andrés Trapiello conocidos como Salón de pasos perdidos, la personal novela en marcha considerada por la crítica y por los estudiosos como uno de los grandes proyectos literarios actuales de narrativa memorialística.

La novela de K. sale publicada en una pequeña casa editora gaditana, Dos mil locos Editores, de la mano de Rosario Troncoso y Paco Mármol. Es de agradecer el esfuerzo por poner en marcha una nueva editorial en estos tiempos de profundas transformaciones que experimenta el sector. Solamente tengo un pero a esta edición: el tamaño de la letra es muy pequeña, lo que podría solucionarse en próximas ediciones.

Quien se adentre en estas páginas de gran calidad -en todos los sentidos- se encontrará con un amor contagioso ante la literatura o ante la vida, o ante ambas cosas al mismo tiempo.